Traducción al español del artículo "Ear Training: Is your musical brain “wired” backwards?"
Por Albert Frantz
Nuestros cerebros navegan naturalmente hacia lo que suponemos es la forma más fácil de llevar a cabo cualquier tarea dada. Pero ¿y si te dijera que lo que podría parecer más fácil ahora, en realidad podría paralizar tus esfuerzos musicales a largo plazo? Y que en realidad podrías estar dañando tus esfuerzos por aprender música?
Si luchás por aprender música, si no podés escuchar música, nunca
tocaste o escuchaste con tu “oído mental”, si no podés reconocer armonías
esenciales, entonces te estás perdiendo el aspecto más importante del
aprendizaje musical: el entrenamiento auditivo. Esta es la clave para aprender
a tocar el piano de oído.
El
entrenamiento del oído es, literalmente, la "comprensión auditiva" de
la música. Es, sin duda, el aspecto individual más descuidado en la formación
musical actualmente. Muchos profesores no pueden entrenar sistemáticamente el oído
en lo absoluto, asumiendo que el entrenamiento de los ojos para aprender a leer
música, y de los dedos para tocar, son suficientes.
Sin
embargo, ya que la música es sonido, el entrenamiento del oído debe ser la
primera y más importante tarea de cualquier músico en desarrollo. Esto debería
ser evidente. Al igual que el pintor debe desarrollar la percepción visual más
aguda y el chef gourmet un gusto refinado, el músico debe desarrollar una aguda
sensibilidad auditiva.
Nuestra
primera tarea fundamental como estudiantes de música es "abrir"
nuestros oídos. Esto implica aprender cómo escuchar la música que escuchamos,
así como escucharnos a nosotros mismos cuando tocamos. Este último aspecto del
entrenamiento del oído es, sin duda, una de las tareas más difíciles para el músico
en formación. Pueden pasar muchos años para sintetizar conceptos internos
acerca de los sonidos que en realidad estamos produciendo. En otras palabras,
hasta que seamos músicos avanzados, los sonidos que creemos que producimos
simplemente no son los que otras personas están escuchando. (Este aspecto de la
reproducción de música, obviamente, tiene mucho que ver con la técnica, que
debe en todo momento estar casada con el oído.) Basta con grabarnos a nosotros
mismos y en la reproducción, se revelará cuán dispar es lo que pensamos que
estamos tocando respecto a lo que en realidad suena.
El
segundo aspecto del entrenamiento auditivo es el reconocimiento de lo que estamos
escuchando, al igual que reconocemos los objetos que vemos. No es necesario para
el oyente reconocer con precisión científica todo lo que escucha. Sin embargo,
es necesario para nosotros como músicos, comprender a fondo el material del que
está compuesta cada pieza que tocamos, de la misma manera que los actores entienden el lenguaje. El significado está
detrás y entre las notas, y es nuestro trabajo comunicar ese significado. Es
imposible comunicar el significado musical si no entendemos el vocabulario básico.
Interpretar música sin este entrenamiento esencial del oído, sería como tratar de hablar un idioma extranjero sin entender las palabras. Se podría aprender de memoria -es de hecho posible aprender cómo presionar las teclas correctas en el orden correcto, simplemente por repetición, pero si no existe comprensión de las "palabras" reales -las notas, intervalos y armonías, sólo estarías ejercitando los dedos. Tus dedos están aprendiendo, pero no tus oídos. Esta "memoria muscular", como se le llama popularmente, es muy poco fiable. Está garantizado que podrá causarte serios problemas de ansiedad, y es una práctica que en un cien por ciento (sin devolución de dinero!) te hará quedar en blanco cuanto más dependiente seas de ella.
Trágicamente,
la mayoría de los pianistas tocan así. Aprenden fugas enteras de esta manera y
luego les da ataques de pánico cuando lo intentan delante de otros, y abundan
los tropiezos en la memoria. Si tu tendencia es practicar de esta manera, el
momento de romper este hábito es ahora. Cada vez que practiques sin compromiso
del oído, se reforzará el hábito que estás tratando de romper. Por
consiguiente, estarás haciendo daño a tu musicalidad. Cuanto más trabajes
inadecuadamente, más difícil será crear retroactivamente esa conexión oído-dedo.
El
primer aspecto de este objetivo es técnico: Tu concepto de sonido interior
siempre debe dirigir tus dedos; ese es el objetivo de la técnica.
El segundo aspecto se refiere al tono y a la armonía. Tu comprensión de la armonía debe ser tan arraigada que tu oído debe indicarles automáticamente a tus dedos qué notas tocar.
Si
el oído no está guiando los dedos de esta manera, estás en un territorio muy
peligroso. Tu trabajo musical no se basa en la maestría musical; más bien, que
está "simulando" tocar el piano. Recordemos el ejemplo del idioma: Es
posible aprender a escribir las letras correctas de palabras y oraciones que se
suceden, pero a largo plazo es infinitamente superior, sin mencionar lo
placentero que resulta, la comprensión del idioma. Entonces se puede decir
cualquier cosa con facilidad.
Este
es el problema con tantos métodos de piano “rápido y fácil” hoy en día, y es
por eso que no logran crear músicos auténticos a largo plazo. Éstos proveen
gratificación mental instantánea, y los estudiantes perezosos son sus víctimas,
muestran un progreso modesto al principio y más tarde terminan invariablemente en
frustración.
Incluso
los estudiantes avanzados de música se enfrentan a este problema, ya que el
entrenamiento del oído ya no es una parte integral de todos los aspectos de la
educación musical, pero es más bien relegado a sólo unos semestres en un curso
independiente que no tiene relación con el "núcleo" del trabajo
instrumental. Esto revela un enorme agujero en su educación musical. Y no es
culpa de los estudiantes, es la del sistema educativo. En la mayoría de los
casos el entrenamiento del oído ni siquiera es mencionado hasta que el
estudiante ingresa a un programa de conservatorio o universidad, y luego, la
mayor parte de las horas de clase deben ser empleadas en los trabajos de
reparación que deberían haber comenzado con la primera lección. Es una pena que
el examen final consiste a menudo en un material idéntico al examen de ingreso, sólo
que tocado más rápido!
La
buena noticia es que hay una solución a este problema, y una
gran parte de esa solución es el entrenamiento adecuado del oído. La mala
noticia es que se necesita un gran esfuerzo mental y las mentes perezosas
preferirían simplemente ejercitar sus dedos y esperar lo mejor. Los efectos de
esta "mala praxis" aparecen en los
peores momentos, que es cuando realmente cuenta. Las deficiencias pueden
ser embarazosas. Me he encontrado egresados de
conservatorios conocidos que podrían, después de mucha práctica diligente,
interpretar piezas muy difíciles, pero que no podían ser capaces de distinguir
una tercera mayor de una tercera menor mediante el oído. Aprendieron a aprender
en primer lugar con los dedos en lugar de sus oídos.
Lo
maravilloso acerca del correcto entrenamiento auditivo es que el trabajo es en
gran medida acumulativo. En un principio se requerirá un gran esfuerzo, como
correr una milla por primera vez. Al igual que el entrenamiento deportivo, con
la práctica regular se logra avanzar con rapidez y disfrutar de cada paso. Sin
embargo, al igual que el entrenamiento atlético, requiere práctica constante. El
cuerpo funciona de acuerdo con un estricto principio de "usarlo o
perderlo". Por lo tanto, el entrenamiento del oído debe ser una parte de tu régimen en la práctica diaria.
Es
mejor utilizar piezas sencillas en lugar de grandes obras para la transposición,
al menos al principio. Mikrokosmos de Béla Bartók es absolutamente ideal para
este trabajo, sobre todo porque está cargado de sorpresas. Cuando se trabaja con
este material es esencial estar alerta para identificar las notas inesperadas,
pues no se puede simplemente tocar las notas dentro de una escala convencional
o acorde.
Otro
método simple pero potente de entrenamiento del oído, consiste en cantar cada
voz en todas las piezas que se tocan. Este es un método especialmente útil para
probar si realmente estás escuchando todo. En la mayoría de los casos, los
estudiantes sólo escuchan la melodía y el bajo. Ellos tienden a tener solamente
una vaga impresión de las voces medias vitales y por lo tanto, la pieza como un
todo. Esto explica gran parte de su alto grado de incertidumbre, dificultad de
memorización y la ansiedad en la interpretación. Canta todas y cada una de las
notas sin ayuda del piano, asegurándote de estar en el tono correcto. El piano
se utiliza sólo para dar una nota de partida y comprobar periódicamente la
afinación. Si bien es tedioso al principio, este método de entrenamiento básico
del oído hará que realmente estés escuchando todo y te dará mayor seguridad
para poder concentrarte en la expresión, en lugar de solo tocar las notas correctas.
Si
está utilizando música como el caso de “Mikrokosmos”, que recomiendo
encarecidamente, debes estar absolutamente seguro de no estar haciendo “trampa”,
y estar leyendo simplemente a primera vista las nuevas piezas con el piano!
Todo el valor del entrenamiento auditivo, escondidos en los muchos giros melódicos
inesperados, se pierde para siempre al momento de pulsar las teclas para
escuchar el tono correcto. Sólo tenés una oportunidad de hacerlo por pieza! Es
importante recordar que este es exactamente el hábito que estamos tratando de
corregir. El objetivo es crear una impresión musical interna precisa en lugar
de confiar en la retroalimentación auditiva externa.
Esta
es la razón por la cual Beethoven y Gabriel Fauré podían seguir componiendo música
pese a la sordera. Gracias a su impecable maestría musical y un poderoso entrenamiento
auditivo, en verdad podían escuchar cada nota.
Quién escribió este artículo?
Comenzó sus estudios de piano a la edad de diecisiete años después de que un
profesor de la niñez proclamó que nunca sería capaz de tocar el piano. Bajo la
tutela de Steven H. Smith de la Universidad Estatal de Pensilvania, donde
sacrificó sus estudios de ingeniería en favor de la música y la filosofía. Ganó el
primer premio de la Asociación de Profesores de música en el Concurso Collegiate Artist Competition y la competencia de concierto
de la Penn State University (con el Concierto de Ravel para la mano izquierda)
después de haber ejecutado el piano durante sólo cuatro años.
En
1998, después de ganar locales, estatales y concursos nacionales de piano,
Albert se convirtió en el primer pianista en ganar una beca Fulbright para
estudiar en Viena, Austria (con Roland Batik en el Conservatorio de Viena) en
casi una década. En Viena, estudió intensivamente con Paul Badura-Skoda, después
se convirtió en su asistente. También ha estudiado extensamente con Carlo
Grante, Sally Sargent, Marylène Dosse, Harvey Wedeen y con la maestra
preparatoria Nancy Lou Pellett.
Albert
graba para el sello Gramola y es un artista Bösendorfer. Su primer CD
de obras de Charles-Valentin Alkan logró una nominación oficial del jurado al
mejor CD de piano por el Premio de German Record Critics, entre los más
destacados premios en la música clásica.
Como
intérprete y orador profesional, él es el principal presentador de TEDx en el
mundo, desempeñándose también como presidente de Viena Toastmasters.
Albert
además es un ávido atleta aficionado. Como piloto de carreras apasionado, ha entrenado en pistas de Fórmula Uno con pilotos de carreras de renombre,
entre ellos Susie Wolff (actualmente la única mujer en la Fórmula Uno), Bernd
Schneider (mejor piloto del DTM en la historia), y el equipo de carreras de
Aston Martin. Es además corredor de maratón dedicado y actualmente está
entrenando con el ex campeón nacional de natación de Estados Unidos y
entrenador olímpico Paul Nelsen para su primer triatlón Ironman en junio de
2015.
Un
documental sobre su vida y obra se dará a conocer por dreama.tv en el invierno
de 2015
Video: Albert Franz dando una conferencia en TEDx
"Encontrando nuestros sueños ocultos"
Video: Albert Franz dando una conferencia en TEDx
"Encontrando nuestros sueños ocultos"
Muy buen artículo. Creo que Audioperceptiva ("Entrenamiento auditivo") es una materia absolutamente indispensable para cualquier musico de cualquier género. Curiosamente, en musica clásica ("erudita") no se le otorga la debida atención. Un músico popular ("callejero", en el sentido no haber cursado un instituto académico) generalmente COMIENZA ya tocando de oído y así desarrolla su entrenamiento. Aún mucho mas un músico de jazz. Comprendiendo auditivamente los procesos musicales de ritmo, melodía y armonía, después resulta fácil ponerle un nombre y clasificar su uso a algo que ya conocíamos auditivamente.
ResponderEliminarComparto tu opinión, Carlos, acertada como siempre.
EliminarSaludos y gracias por comentar!
Interesante, ésta información cambia drásticamente el concepto de aprendizaje que venía manejando acerca del piano.
ResponderEliminarGracias por compartir, Dios le Bendiga.