viernes, 15 de mayo de 2015

Tu cerebro musical está programado al revés?

Traducción al español del artículo "Ear Training: Is your musical brain “wired” backwards?"

Por Albert Frantz
























Nuestros cerebros navegan naturalmente hacia lo que suponemos es la forma más fácil de llevar a cabo cualquier tarea dada. Pero ¿y si te dijera que lo que podría parecer más fácil ahora, en realidad podría paralizar tus esfuerzos musicales a largo plazo? Y que en realidad podrías estar dañando tus esfuerzos por aprender música?

Si luchás por aprender música, si no podés escuchar música, nunca tocaste o escuchaste con tu “oído mental”, si no podés reconocer armonías esenciales, entonces te estás perdiendo el aspecto más importante del aprendizaje musical: el entrenamiento auditivo. Esta es la clave para aprender a tocar el piano de oído.

El entrenamiento del oído es, literalmente, la "comprensión auditiva" de la música. Es, sin duda, el aspecto individual más descuidado en la formación musical actualmente. Muchos profesores no pueden entrenar sistemáticamente el oído en lo absoluto, asumiendo que el entrenamiento de los ojos para aprender a leer música, y de los dedos para tocar, son suficientes.

Sin embargo, ya que la música es sonido, el entrenamiento del oído debe ser la primera y más importante tarea de cualquier músico en desarrollo. Esto debería ser evidente. Al igual que el pintor debe desarrollar la percepción visual más aguda y el chef gourmet un gusto refinado, el músico debe desarrollar una aguda sensibilidad auditiva.


Nuestra primera tarea fundamental como estudiantes de música es "abrir" nuestros oídos. Esto implica aprender cómo escuchar la música que escuchamos, así como escucharnos a nosotros mismos cuando tocamos. Este último aspecto del entrenamiento del oído es, sin duda, una de las tareas más difíciles para el músico en formación. Pueden pasar muchos años para sintetizar conceptos internos acerca de los sonidos que en realidad estamos produciendo. En otras palabras, hasta que seamos músicos avanzados, los sonidos que creemos que producimos simplemente no son los que otras personas están escuchando. (Este aspecto de la reproducción de música, obviamente, tiene mucho que ver con la técnica, que debe en todo momento estar casada con el oído.) Basta con grabarnos a nosotros mismos y en la reproducción, se revelará cuán dispar es lo que pensamos que estamos tocando respecto a lo que en realidad suena.

El segundo aspecto del entrenamiento auditivo es el reconocimiento de lo que estamos escuchando, al igual que reconocemos los objetos que vemos. No es necesario para el oyente reconocer con precisión científica todo lo que escucha. Sin embargo, es necesario para nosotros como músicos, comprender a fondo el material del que está compuesta cada pieza que tocamos, de la misma manera que los actores  entienden el lenguaje. El significado está detrás y entre las notas, y es nuestro trabajo comunicar ese significado. Es imposible comunicar el significado musical si no entendemos el vocabulario básico.

Interpretar música sin este entrenamiento esencial del oído, sería como tratar de hablar un idioma extranjero sin entender las palabras. Se podría aprender de memoria -es de hecho posible aprender cómo presionar las teclas correctas en el orden correcto, simplemente por repetición, pero si no existe comprensión de las "palabras" reales -las notas, intervalos y armonías, sólo estarías ejercitando los dedos. Tus dedos están aprendiendo, pero no tus oídos. Esta "memoria muscular", como se le llama popularmente, es muy poco fiable. Está garantizado que podrá causarte serios problemas de ansiedad, y es una práctica que en un cien por ciento (sin devolución de dinero!) te hará quedar en blanco cuanto más dependiente seas de ella.

Trágicamente, la mayoría de los pianistas tocan así. Aprenden fugas enteras de esta manera y luego les da ataques de pánico cuando lo intentan delante de otros, y abundan los tropiezos en la memoria. Si tu tendencia es practicar de esta manera, el momento de romper este hábito es ahora. Cada vez que practiques sin compromiso del oído, se reforzará el hábito que estás tratando de romper. Por consiguiente, estarás haciendo daño a tu musicalidad. Cuanto más trabajes inadecuadamente, más difícil será crear retroactivamente esa conexión oído-dedo.


Tu objetivo es aprender a "escuchar" con tus ojos y "ver" con tus oídos. Tus dedos deben estar guiados en todo momento por tu oído interno. No debemos escuchar porque tocamos, más bien tocamos porque escuchamos. En otras palabras, no escuchamos una nota simplemente porque se ha dado que presionamos la tecla correcta, sino que presionamos la tecla correcta porque escuchamos la nota correcta en nuestro oído interno. Esta es la esencia de colocar la mente por delante de los dedos, y este es el objetivo final del entrenamiento auditivo.

El primer aspecto de este objetivo es técnico: Tu concepto de sonido interior siempre debe dirigir tus dedos; ese es el objetivo de la técnica.

El segundo aspecto se refiere al tono y a la armonía. Tu comprensión de la armonía debe ser tan arraigada que tu oído debe indicarles automáticamente a tus dedos qué notas tocar.

Si el oído no está guiando los dedos de esta manera, estás en un territorio muy peligroso. Tu trabajo musical no se basa en la maestría musical; más bien, que está "simulando" tocar el piano. Recordemos el ejemplo del idioma: Es posible aprender a escribir las letras correctas de palabras y oraciones que se suceden, pero a largo plazo es infinitamente superior, sin mencionar lo placentero que resulta, la comprensión del idioma. Entonces se puede decir cualquier cosa con facilidad.


Este es el problema con tantos métodos de piano “rápido y fácil” hoy en día, y es por eso que no logran crear músicos auténticos a largo plazo. Éstos proveen gratificación mental instantánea, y los estudiantes perezosos son sus víctimas, muestran un progreso modesto al principio y más tarde terminan invariablemente en frustración.

Incluso los estudiantes avanzados de música se enfrentan a este problema, ya que el entrenamiento del oído ya no es una parte integral de todos los aspectos de la educación musical, pero es más bien relegado a sólo unos semestres en un curso independiente que no tiene relación con el "núcleo" del trabajo instrumental. Esto revela un enorme agujero en su educación musical. Y no es culpa de los estudiantes, es la del sistema educativo. En la mayoría de los casos el entrenamiento del oído ni siquiera es mencionado hasta que el estudiante ingresa a un programa de conservatorio o universidad, y luego, la mayor parte de las horas de clase deben ser empleadas en los trabajos de reparación que deberían haber comenzado con la primera lección. Es una pena que el examen final consiste a menudo en un material idéntico al examen de ingreso, sólo que tocado más rápido!


La buena noticia es que hay una solución a este problema, y ​​una gran parte de esa solución es el entrenamiento adecuado del oído. La mala noticia es que se necesita un gran esfuerzo mental y las mentes perezosas preferirían simplemente ejercitar sus dedos y esperar lo mejor. Los efectos de esta "mala praxis" aparecen en los  peores momentos, que es cuando realmente cuenta. Las deficiencias pueden ser embarazosas. Me he encontrado egresados ​​de conservatorios conocidos que podrían, después de mucha práctica diligente, interpretar piezas muy difíciles, pero que no podían ser capaces de distinguir una tercera mayor de una tercera menor mediante el oído. Aprendieron a aprender en primer lugar con los dedos en lugar de sus oídos.

Lo maravilloso acerca del correcto entrenamiento auditivo es que el trabajo es en gran medida acumulativo. En un principio se requerirá un gran esfuerzo, como correr una milla por primera vez. Al igual que el entrenamiento deportivo, con la práctica regular se logra avanzar con rapidez y disfrutar de cada paso. Sin embargo, al igual que el entrenamiento atlético, requiere práctica constante. El cuerpo funciona de acuerdo con un estricto principio de "usarlo o perderlo". Por lo tanto, el entrenamiento del oído debe ser una parte de tu régimen en la práctica diaria.


Una simple prueba para determinar si estás aprendiendo fundamentalmente con los oídos o simplemente con los dedos, consiste en transportar la música (sin la ayuda de la partitura, por su supuesto). Obviamente, piezas técnicamente muy difíciles, tales como los estudios, no se prestan a este tipo de entrenamiento del oído, pero las piezas más lentas y sencillas, sí. Afortunadamente para nosotros, son las piezas más lentas las que tienden a darnos problemas de memoria, debido a que no somos capaces de tocarlas en “piloto automático”; es decir, nuestros músculos no están listos.

Es mejor utilizar piezas sencillas en lugar de grandes obras para la transposición, al menos al principio. Mikrokosmos de Béla Bartók es absolutamente ideal para este trabajo, sobre todo porque está cargado de sorpresas. Cuando se trabaja con este material es esencial estar alerta para identificar las notas inesperadas, pues no se puede simplemente tocar las notas dentro de una escala convencional o acorde.

Otro método simple pero potente de entrenamiento del oído, consiste en cantar cada voz en todas las piezas que se tocan. Este es un método especialmente útil para probar si realmente estás escuchando todo. En la mayoría de los casos, los estudiantes sólo escuchan la melodía y el bajo. Ellos tienden a tener solamente una vaga impresión de las voces medias vitales y por lo tanto, la pieza como un todo. Esto explica gran parte de su alto grado de incertidumbre, dificultad de memorización y la ansiedad en la interpretación. Canta todas y cada una de las notas sin ayuda del piano, asegurándote de estar en el tono correcto. El piano se utiliza sólo para dar una nota de partida y comprobar periódicamente la afinación. Si bien es tedioso al principio, este método de entrenamiento básico del oído hará que realmente estés escuchando todo y te dará mayor seguridad para poder concentrarte en la expresión, en lugar de solo tocar las notas correctas.

Si está utilizando música como el caso de “Mikrokosmos”, que recomiendo encarecidamente, debes estar absolutamente seguro de no estar haciendo “trampa”, y estar leyendo simplemente a primera vista las nuevas piezas con el piano! Todo el valor del entrenamiento auditivo, escondidos en los muchos giros melódicos inesperados, se pierde para siempre al momento de pulsar las teclas para escuchar el tono correcto. Sólo tenés una oportunidad de hacerlo por pieza! Es importante recordar que este es exactamente el hábito que estamos tratando de corregir. El objetivo es crear una impresión musical interna precisa en lugar de confiar en la retroalimentación auditiva externa.

Esta es la razón por la cual Beethoven y Gabriel Fauré podían seguir componiendo música pese a la sordera. Gracias a su impecable maestría musical y un poderoso entrenamiento auditivo, en verdad podían escuchar cada nota.


Quién escribió este artículo? 

Comenzó sus estudios de piano a la edad de diecisiete años después de que un profesor de la niñez proclamó que nunca sería capaz de tocar el piano. Bajo la tutela de Steven H. Smith de la Universidad Estatal de Pensilvania, donde sacrificó sus estudios de ingeniería en favor de la música y la filosofía. Ganó el primer premio de la Asociación de Profesores de música en el Concurso Collegiate Artist Competition y la competencia de concierto de la Penn State University (con el Concierto de Ravel para la mano izquierda) después de haber ejecutado el piano durante sólo cuatro años.

En 1998, después de ganar locales, estatales y concursos nacionales de piano, Albert se convirtió en el primer pianista en ganar una beca Fulbright para estudiar en Viena, Austria (con Roland Batik en el Conservatorio de Viena) en casi una década. En Viena, estudió intensivamente con Paul Badura-Skoda, después se convirtió en su asistente. También ha estudiado extensamente con Carlo Grante, Sally Sargent, Marylène Dosse, Harvey Wedeen y con la maestra preparatoria Nancy Lou Pellett.

Albert graba para el sello Gramola y es un artista Bösendorfer. Su primer CD de obras de Charles-Valentin Alkan logró una nominación oficial del jurado al mejor CD de piano por el Premio de German Record Critics, entre los más destacados premios en la música clásica.

Como intérprete y orador profesional, él es el principal presentador de TEDx en el mundo, desempeñándose también como presidente de Viena Toastmasters.

Albert además es un ávido atleta aficionado. Como piloto de carreras apasionado, ha entrenado en pistas de Fórmula Uno con pilotos de carreras de renombre, entre ellos Susie Wolff (actualmente la única mujer en la Fórmula Uno), Bernd Schneider (mejor piloto del DTM en la historia), y el equipo de carreras de Aston Martin. Es además corredor de maratón dedicado y actualmente está entrenando con el ex campeón nacional de natación de Estados Unidos y entrenador olímpico Paul Nelsen para su primer triatlón Ironman en junio de 2015.

Un documental sobre su vida y obra se dará a conocer por dreama.tv en el invierno de 2015

Video: Albert Franz dando una conferencia en TEDx
"Encontrando nuestros sueños ocultos" 

3 comentarios:

  1. Muy buen artículo. Creo que Audioperceptiva ("Entrenamiento auditivo") es una materia absolutamente indispensable para cualquier musico de cualquier género. Curiosamente, en musica clásica ("erudita") no se le otorga la debida atención. Un músico popular ("callejero", en el sentido no haber cursado un instituto académico) generalmente COMIENZA ya tocando de oído y así desarrolla su entrenamiento. Aún mucho mas un músico de jazz. Comprendiendo auditivamente los procesos musicales de ritmo, melodía y armonía, después resulta fácil ponerle un nombre y clasificar su uso a algo que ya conocíamos auditivamente.

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    1. Comparto tu opinión, Carlos, acertada como siempre.
      Saludos y gracias por comentar!

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  2. Interesante, ésta información cambia drásticamente el concepto de aprendizaje que venía manejando acerca del piano.

    Gracias por compartir, Dios le Bendiga.

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